Head of Marketing and Communication
La educación se enfrenta a un auténtico reto. El nuevo milenio llegó con una serie de retos que pasaban por proporcionar una educación de calidad, accesible para todos los ciudadanos del planeta y consiguiendo reducir, en la medida de lo posible, el coste de esta educación. La Inteligencia Artificial ha llegado a las aulas para hacer frente a esta situación y conseguir abrir las puertas de las clases a todo tipo de perfiles, hecho que supone, sin duda, un cambio disruptivo.
Entre las primeras aplicaciones de la Inteligencia Artificial a las aulas se encuentran la creación de plataformas online para el aprendizaje; el desarrollo de software conversacional inteligente, como los chatbots y que interactúan con los alumnos en entornos virtuales de formación; y la robótica educativa, que está en pleno auge y que podrían llegar a actuar como tutores en cursos virtuales. Dejando estos primeros pasos a un lado, y con vistas al presente y el futuro, ¿cuáles serán las funciones de la Inteligencia Artificial y del Machine Learning en las aulas? Y lo más importante, ¿estamos preparados para este desembarco?
Pero entonces, ¿cuál será su función principal?
La Inteligencia Artificial permitirá diferenciar la enseñanza a partir de las características individuales de cada alumno. Es decir, implementará el aprendizaje personalizado, que se basa en ofrecer a cada estudiante un programa de estudios adaptado a los conocimientos y habilidades que posee y que le permita obtener aquellos que todavía no tenga en su poder. Además, serán sus propios progresos los que marquen el camino a seguir. Esta situación se hace posible gracias a la aplicación de la tecnología al análisis de una serie de datos que tienen que ver con historia educativa, perfiles psicosociales, estilos de aprendizajes y el uso de modelos cognitivos que puedan predecir la forma en la que cada uno de los alumnos aprende.
También propiciará la comunicación entre profesores y alumnos, haciendo que esta sea más ordenada y ágil dentro del aula… y fuera de ella. La globalización y la penetración de Internet hacen que un alumno en España pueda comunicarse con uno de Australia, compartiendo experiencias, conocimientos y teniendo al alcance de la mano la posibilidad de conocer otras culturas.
Y, ¿estamos preparados para su llegada?
La tecnología, al igual que la sociedad, está en constante evolución. Partiendo de esto, los docentes se enfrentan a un problema clave: educar a los estudiantes del futuro sin saber qué empleos estarán disponibles dentro de 20 años.
Trabajar por la educación en una situación de incertidumbre como esta puede ser muy complicado, sobre todo para unos profesores que invierten la mayor parte de su tiempo en realizar tareas que podríamos considerar como administrativas: planean materiales para estudiantes con distintas capacidades, evalúan de forma constante y deben verificar datos y fuentes para las tareas que realizan sus alumnos. Con la llegada de la Inteligencia Artificial, este papel del profesorado cambiará, dejando este tipo de tareas atrás, para convertirse en una especie de guía, seleccionador de conocimientos y apoyo en el camino de aprendizaje y evolución del alumno.
Aunque todavía no sepamos cuál será la denominación exacta de los puestos de trabajo del futuro, sí sabemos que tendrán que ver con la tecnología y que aquellos que puedan codificar, entiendan la neurociencia y naveguen en escenarios complejos que involucren disciplinas como la psicología, la ética y el pensamiento sistémico, serán los que ocupen estos puestos. Estos perfiles, hoy, están lejos del alcance de las generaciones que se encuentran en el mercado de trabajo… pero para las próximas generaciones, no. Los nativos digitales primero, cambiarán nuestra forma de pensar; después, el sistema educativo y, por último, el panorama laboral.
Un caso curioso
Con el inicio del curso escolar 2018/2019, la Comunidad de Madrid llegó a un acuerdo con IBM para implantar “Watson va a clase”,un programa piloto para ampliar las capacidades de futuros profesionales y trabajar por y para una mejor formación de los ciudadanos. Como explicó Mariano Martín Díaz, director del Instituto público de secundaria Marqués de Suanzes de Madrid, uno de los que forma parte del programa, en nuestro día a día utilizamos la Inteligencia Artificial, aunque “es algo que parece estar muy lejos y propio de las películas de ciencia ficción”. Además, con este proyecto se pretende que los alumnos sean usuarios “activos de la robótica y de las aplicaciones cognitivas”.
Como indicó Marta Martínez, presidenta de IBM para España y Portugal, “la inteligencia artificial va a impactar mucho en la sociedad y las empresas. Es importante que la educación empiece pronto”. Por esto, mediante el proyecto se trata, además, de acostumbrar a los alumnos a estar en contacto con la robótica y aplicaciones cognitivas y para ello, está Watson, la Inteligencia Artificial. Durante todo un año, los alumnos tienen acceso a ella.
Iniciativas como “Watson va a clase” cambiarán, sin duda, la formación de miles y miles de jóvenes. Immune Coding Institute nace para acercar la Inteligencia Artificial y las nuevas tecnologías a los jóvenes basando su formación en los siguientes pilares: el aprendizaje personalizado, el nuevo rol del profesorado, donde se implementa la comunicación bidireccional entre profesores y alumnos para sacar el máximo potencial de cada uno de ellos. La metodología de Immune es puramente innovadora: los estudiantes aprenden coding a través de la resolución de retos disponibles en Marrow, plataforma que funciona con la Inteligencia Artificial para personalizar la formación de cada uno de los alumnos de Immune. ¿Quieres saber más? La historia está hecha por quiénes la escriben. Nosotros preferimos programarla. ¡Acércate a nuestro stand en aula y participa en nuestros talleres de coding!