Decir que la Inteligencia Artificial está alcanzando unos límites inimaginables hace tan solo un par de años no es nada nuevo. A través del “deep learning”, artistas e informáticos están enseñando a las máquinas a crear. Además, con unos excelentes resultados. Cada vez es más común que cuadros pintados por máquinas sean comprados por unas cifras increíbles de creer. También obtienen premios muy valorados en el mundo del arte.
Este es el ejemplo de Mario Klingemann. El artista alemán ha creado un algoritmo que ha “pintado” la obra llamada ‘The Butcher’s son’ y que ha conseguido la máxima condecoración en uno de los certámenes alternativos más conocidos de Europa, los premios Lumen. En este caso, Klingemann ha enseñado a su algoritmo con cuadros clásicos e imágenes y vídeos de contenido pornográfico.
Anna Ridler, artista londinense, también enseña a dibujar a las máquinas. Desde hace años, estaba interesada en el dibujo y la pintura; pero también en la tecnología, bases de datos y big data. Ridler empezó a utilizar el machine learning y a hacer que sus ordenadores crearan por sí mismos de acuerdo a lo aprendido. Así empezó a utilizar el machine learning y a dejar a sus ordenadores que crearan. Como explica la artista en El Economista, “cuando hablas de machine learning, las decisiones ya no son tomadas para un dibujo en particular, se trata más bien de decisiones que tomas cuando creas tu set de datos, qué dejas dentro y qué sacas”.
AICAN es otro de estos ejemplos. El algoritmo ha sido creado por el laboratorio de arte e inteligencia artificial de la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey) y ya vende cuadros por la friolera cifra de 16.000 dólares. Sin saber que han sido pintados por una Inteligencia Artificial, claro. Sus dibujos son tan buenos, que el 75% de las veces, la gente pensaba que las imágenes creadas por AICAN habían sido creadas por un humano.
Para enseñarle a pintar a AICAN se han utilizado más de 80.000 imágenes diferentes que representan el canon artístico de los últimos 500 años. Así, no se le “educaba” en ningún estilo concreto y podría ser “libre” para crear.
El colectivo Obvious, compuesto por tres jóvenes franceses, también ha hecho historia en el arte gracias a los algoritmos. Consiguieron vender uno de sus cuadros en la sede neoyorquina de Christie’s por 432.500 dólares. Como explica Vernier, uno de los componentes, en un artículo de El País, “empezamos a trabajar en el cuadro hace nueve meses, cuando encontramos una serie de algoritmos que nos sorprendieron por sus posibilidades. Nos pareció que crear una obra de arte era la mejor manera de demostrar de qué es capaz un algoritmo”.