Se acerca uno de los momentos cruciales en la vida del estudiante: decidir sobre su futuro académico y profesional. Los habrá quienes decidan a qué dedicarse antes de enfrentarse a la Selectividad y los que lo dejan todo para el último minuto
(aunque aprueban).
Lo cierto es que de un tiempo a esta parte, en los ámbitos educativos más tempranos, ya se está empezando a inculcar al alumno una serie de aptitudes que harán que las decisiones de la Selectividad de un futuro sean distintas a las de ahora. Hablamos de la filosofía STEM aplicada a las nuevas competencias educativas, esto es, la presencia cada vez mayor de la ciencia (Science), tecnología (Technology), ingeniería (Engineering) y matemáticas (Mathematics) o lo que es lo mismo, las disciplinas científico-técnicas.
Si las actividades extraescolares más demandadas de las últimas décadas eran las deportivas, no es de extrañar que ahora los niños se decanten por la robótica o las técnicas de programación. Y al igual que pasa con los balones de fútbol o baloncesto, estos nuevos intereses van más allá de las aulas: se han convertido en los juguetes estrella de las Navidades, los cumpleaños y otras celebraciones.
Según el medio especializado Xataka, desde la temprana edad de 3 años lo interesante es introducir a los niños en el mundo de la programación a través de juegos, esto es, involucrarles en lo que llaman el pensamiento computacional y no tanto la programación. Es en primaria cuando los niños ya dominan tanto la lectura como la escritura y por lo tanto se les puede introducir poco a poco lenguaje de programación hasta que llegan a la etapa adolescente donde las inquietudes personales les pueden llevar a sentirse interesados por el código y la programación y a empezar a plantearse ambiciones profesionales de cara a bachillerato y formación universitaria o profesional.
La pregunta es, ¿está la Universidad y las instituciones educativas preparadas para estas nuevas materias? Ingeniería informática o formaciones profesionales enfocadas a programación web no lo son todo para desarrollarse como un programador, el estudiante ha de sentirse protagonista de su aprendizaje y para ello necesita estar rodeado de los mejores profesionales y las metodologías más innovadoras. En IMMUNE Coding Institute somos diferentes, buscamos la excelencia. Infórmate en www.immune.institute
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