Los avances en computación están siendo increíbles. Y no van a parar. Uno de los últimos y más destacados avances es el API de Google. El algoritmo creado por Google ya es capaz de distinguir contenidos violentos u ofensivos, extraer textos, diferenciar los colores… pero no termina de comprender el arte. Varios usuarios le han puesto a prueba y esto es lo que han sacado en claro.
De la famosa pieza de René Magritte “Ceci n’est pas une pipe” (“Esto no es una pipa”), Google sólo ve eso: una pipa. Algo que podríamos considerar hasta lógico. Pero, de “Mujer con mandolina”, de Georges Braque, el algoritmo cree ver restos arqueológicos. ¿A qué se debe esto? Matt Watts, responsable de estrategia de datos y director de tecnología en NetApp, indica en un artículo que los algoritmos “carecen de la inteligencia integrada para entender los aspectos más sutiles del arte”. En otras palabras: al algoritmo le falta imaginación.
Aunque en “Mujer con mandolina” API Vision no es capaz de reconocer ni a la mujer ni al instrumento, si logra clasificarlo como arte. Lo mismo ocurre con otras obras de Kandinsky. Las acuarelas del artista las identifica como “arte”, “ilustración” y “diseño gráfico”.
Hay veces en las que los algoritmos no actúan como nos esperamos. Ni como están programados. Muchos de estos se están “rebelando” contra sus creadores. Aunque, no tenemos que ser tan tremendistas. Aún estamos muy lejos de un apocalipsis donde las lavadoras y los teléfonos móviles nos asesinen.
De momento, se está poniendo a prueba a los distintos algoritmos en diferentes situaciones. ¿El objetivo? Que estos aprendan a enfrentarse a distintas situaciones. Aunque los que más están aprendiendo son sus creadores. Aquí tienes unos cuantos casos en los que los algoritmos sorprendieron, y mucho, a creadores y usuarios.
Uno de estos ejemplos anecdóticos fueron los hechos que ocurrieron durante el desarrollo de NERO. Este se había presentado como el primer videojuego donde personajes que no eran el jugador, podían evolucionar según lo hacía la partida. La idea era que los jugadores entrenasen a sus propios robots y una de las pruebas era enseñarles a andar entre paredes. Mientras que una persona hubiera rodeado la pared, los robots de NERO las escalaron y bajaron por el otro lado.
Otro tuvo lugar durante una simulación para estudiar la evolución de la comunicación. Se crearon robots con ruedas y luces azules, que tenían que utilizar para dialogar con sus compañeros. La tarea principal de estos robots, era encontrar comida y evitar el veneno. Si lo conseguían, se les recompensaba. Después de varias generaciones de robots, estos adoptaron dos conductas. Unos avisaban a los demás cuando encontraban comida gracias a las luces. Otros engañaban a sus congéneres y encendían sus luces cuando encontraban veneno. Así conseguían eliminar a sus rivales.
Incluso se ha llegado a crear una inteligencia “enferma”. Fue creada por el MIT y bautizada como Norman. Norman ha sido el primer psicópata artificial. ¿Por qué decimos esto? Porque, mientras un sistema “normal” ve un grupo de pájaros en lo alto de la rama de un árbol, Norman ve un hombre electrocutado.
Pero, como decíamos, no debemos ser paranoicos.