Alan Gómez. Pedagogo, y miembro del Departamento de Talento en IMMUNE Technology Institute
En el contexto de la final del mundial de Qatar, se nos ocurría reflexionar acerca del fútbol como deporte. Pero que, antes de ser deporte (con todos sus valores inherentes), es un juego. Y lo lindo que tiene el juego es que trae aparejado un valor que es innegable para quien juega: la diversión. Si no hay diversión, no hay juego.
Ahora bien, ¿qué pasa si extrapolamos esta misma reflexión a nuestra escuela? ¿Es posible imaginarnos una escuela que sea escuela en tanto sea divertida? ¿Y si aprendiéramos jugando?
La gamificación es una técnica que consiste en trasladar la mecánica de los juegos a los procesos de enseñanza-aprendizaje. Si bien pensar al juego como recurso educativo no es algo nuevo (autores como Piaget (1956) y Vigotsky (1976) lo mencionan en sus obras), la gamificación, como concepto, fue tomando fuerza en el ambiente educativo los últimos años.
Por un lado, gracias a los avances de las neurociencias en materia de educación, las cuales dieron cuenta de la importancia de la motivación como motor del aprendizaje.
Por otro lado, la pandemia del COVID-19 y la forzada inmersión de la tecnología en el mundo educativo, obligaron a las instituciones a revisar sus estrategias didácticas. La innovación y la creatividad pasaron a ser las herramientas por excelencia para hacer frente a la constante desmotivación con la que los estudiantes transitaban su escolaridad virtualmente.
La gamificación es más que un juego
La gamificación, entonces, tiene como tarea la de motivar al estudiante. Pero no motivar como quien alienta a alguien a hacer algo (motivación extrínseca), sino más bien motivar desde la implicancia en su proceso de aprendizaje (motivación intrínseca).
Un estudiante motivado, es un estudiante que se encuentra involucrado cognitiva, emocional y conductualmente en su aprendizaje.
Esto, consecuentemente, resulta en un estudiante más activo, autónomo y participativo, que pone en juego sus habilidades y competencias en pos de resolver los desafíos y retos que va afrontando en su andar.
Gráfico gamificación
En IMMUNE Technology Institute somos inquietos a la hora de ofrecer a nuestros estudiantes la experiencia más rica en relación a su desarrollo profesional. No es casualidad que uno de nuestros tres pilares, nuestras famosas tres “EEE” (Empleabilidad, Experiencia y Entretenimiento), responda, precisamente, al tema que nos ocupa.
Por eso, en nuestro programa de Ingeniería en Desarrollo de Software, los estudiantes afrontan desafíos y retos diarios, con distintos niveles de complejidad. A través de estos, van sumando puntos en diversas áreas (técnicas y no técnicas) que son esenciales para el camino profesional de un desarrollador de software (Gráfico gamificación).
Este recurso nos permite, entre otras cosas:
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