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El monitoreo de Kubernetes es una práctica esencial para garantizar el rendimiento, la estabilidad y la escalabilidad de los entornos DevOps modernos.
En esta guía descubrirás las 15 métricas más importantes que todo equipo debería supervisar para optimizar el funcionamiento de sus clústeres y anticiparse a posibles fallos.
Kubernetes se ha convertido en la columna vertebral de la mayoría de arquitecturas cloud-native y arquitecturas DevOps modernas basadas en Kubernetes.
Gracias a su capacidad para orquestar contenedores, facilita el escalado automático, la alta disponibilidad y la gestión eficiente de recursos.
Sin embargo, esta complejidad plantea un reto importante: ¿cómo garantizar que todo funcione correctamente?
La respuesta está en el monitoreo de Kubernetes.
Una estrategia de monitoreo eficaz permite detectar fallos antes de que impacten en los usuarios, al tiempo que ofrece una visión clara del rendimiento del clúster, los recursos disponibles y el estado general de la infraestructura.
En este artículo encontrarás las 15 métricas clave que todo equipo DevOps debería monitorizar, organizadas en tres categorías:
Las métricas del estado del clúster proporcionan una visión panorámica de la salud general de Kubernetes, ayudando a identificar problemas de disponibilidad o de configuración.
Supervisar el estado de los nodos es crítico para prevenir interrupciones.
Un nodo puede estar listo para aceptar pods, presentar fallos de red o quedarse sin espacio en disco. Estas condiciones determinan su capacidad para ejecutar cargas de trabajo.
Kubernetes compara los pods que deberían estar activos con los que realmente están corriendo.
Una discrepancia suele indicar cuellos de botella en recursos o configuraciones erróneas en los despliegues.
Un número elevado de pods no disponibles afecta la confiabilidad del sistema.
Este indicador puede destapar errores en readiness probes o saturación de los nodos.
Estas métricas permiten entender la eficiencia del consumo de CPU, memoria y almacenamiento, fundamentales para el Kubernetes performance.
Si un pod excede su límite de memoria, será terminado (OOMKilled) y reiniciado.
Monitorizar esta métrica ayuda a ajustar límites de forma realista y evitar inestabilidad.
Comparar las solicitudes de los pods con la memoria realmente asignable evita que el scheduler se quede sin recursos para nuevas cargas de trabajo.
Controlar el consumo total en nodos y pods previene desalojos inesperados y facilita decisiones de escalado.
Cuando un nodo entra en estado de disk pressure, Kubernetes puede eliminar contenedores o desalojar pods.
Configurar alertas sobre el uso de disco garantiza que las aplicaciones no fallen por falta de almacenamiento.
Comparar las peticiones de CPU con la capacidad real del nodo es esencial para una correcta planificación de capacidad.
Si la demanda supera lo asignable, los nuevos pods quedarán en estado Pending.
Si un pod supera su límite de CPU, puede experimentar throttling, afectando la velocidad de ejecución.
Supervisar esta métrica permite optimizar la distribución de cargas.
Medir el uso de CPU en tiempo real permite detectar pods sobrecargados y ajustar configuraciones antes de que afecten la experiencia del usuario.
El plano de control es el núcleo de Kubernetes: gestiona la programación de pods, la coordinación de nodos y el almacenamiento del estado del clúster.
Un fallo en este nivel puede comprometer todo el sistema.
The etcd almacena la información del clúster.
Debe existir siempre un líder estable; de lo contrario, se pierde la capacidad de mantener el estado deseado.
Un número elevado de cambios de líder puede reflejar problemas de conectividad o saturación de recursos en el plano de control.
The API Server gestiona todas las operaciones sobre los recursos de Kubernetes.
Una latencia elevada implica que el clúster no puede procesar comandos con rapidez, afectando despliegues y escalado.
Consulta más en la documentación oficial del API Server.
The Controller Manager ejecuta tareas automáticas como el escalado de réplicas.
Si su latencia aumenta, los cambios tardan más en aplicarse, afectando la eficiencia del sistema.
The Scheduler asigna pods a nodos.
Monitorizar su rendimiento y latencia permite identificar cuellos de botella o configuraciones inadecuadas que impiden una correcta asignación de cargas.
Además de las métricas, los eventos ofrecen información contextual sobre lo que ocurre en el clúster.
Algunos ejemplos comunes:
Correlacionar métricas con eventos facilita la detección de patrones ocultos y la resolución rápida de incidentes.
Herramientas como Prometheus o Grafana permiten visualizar y alertar sobre estos eventos de forma centralizada.
Con cientos de métricas posibles, es fácil perder el foco.
Estas son algunas buenas prácticas para estructurar una estrategia efectiva de Kubernetes monitoring:
El monitoreo de Kubernetes no consiste solo en observar números.
Es una estrategia integral que garantiza rendimiento, estabilidad y eficiencia en entornos DevOps.
Al integrar estas 15 Kubernetes metrics en tu estrategia de monitoreo, tu equipo DevOps estará mejor preparado para anticipar fallos, optimizar recursos y mantener una infraestructura de alto rendimiento.
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