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PROGRAMAR MEDIANTE LA VOZ YA ES UNA REALIDAD

1 de enero de 2021
Marta LópezCompartir:

Los asistentes de voz han llegado para quedarse. Desde Google hasta Amazon y pasando por Apple. Cada una de las grandes compañías han desarrollado un software que está en la palma de nuestra mano. Google Assistant nos encuentra la mejor ruta para volver a casa, Siri nos cuenta chistes y Alexa nos busca las mejores ofertas en Amazon. Si usamos software de reconocimiento de voz para cosas tan sencillas como pedir que nuestro móvil llame a alguien, ¿por qué no para ayudarnos a programar?

Si hay algo que caracteriza a los programadores son las horas y horas que pasan escribiendo delante del ordenador. Como si fueran pianistas sus manos son su mayor tesoro. Y también son la parte de su cuerpo que más sufre, junto con la espalda. Hasta ahora. La programación por voz se ha convertido en realidad gracias a los esfuerzos de diferentes expertos.

Tavis Rudd demostró hace ya cinco años que programar mediante la voz era posible. Rudd sufre el síndrome del túnel cubital por esfuerzo repetitivo (RSI por sus cifras en inglés). Por lo que, programar por voz, podía ser una solución a sus problemas. Rudd comenzó utilizando el software Dragon Naturally Speaking, que soporta lenguaje estándar, pero no está preparado para los comandos de programación. Entonces cambió a la extensión de Phyton DragonFly, con la que si le era posible. Después de Rudd, otros expertos con problemas se animaron a desarrollar otro tipo de software. Siempre con un mismo objetivo: conseguir que la programación fuera lo más cómoda posible y evitar las dolencias físicas.

En lo que respecta a los comandos de voz, Vocola y VoiceCode son los más exitosos. El primero utiliza una sintaxis muy sencilla. Además, los comandos que utiliza se pueden personalizar, según las necesidades del programador. ¿Cómo? O bien creando un nuevo vocabulario o deletreando los comandos. Por su parte, VoiceCode sí que permite la programación en cualquier lenguaje. Utiliza comandos encadenados para crear acciones complejas.

Dejando a un lado la ventaja más obvia de la codificación por voz, algunos programadores se quejan. Eso sí, en broma. Ahora tienen que beber mucha agua, ya que fuerzan la garganta y la voz. Otros dicen que ya no pueden cantar o silbar mientras lo hacían.

Sin duda, la codificación por voz es una garantía para no tener que abandonar la carrera profesional o los estudios por un dolor crónico, una lesión o una discapacidad.

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