En la actualidad, saturan el espacio educativo y profesional. Aquí te las presentamos: se llaman ‘habilidades’ y se apellidan ‘blandas’. Aunque la mayoría prefiere usar su nombre en inglés: ‘soft skills’.
¿Qué vale más: una idea o cómo la comunico? Es común escuchar a Raúl Marín, director del bootcamp de diseño UX/UI, haciendo esta pregunta. Por más buena que sea una idea, si no aprendo a comunicarla, a presentarla, o a compartirla, ¿qué pasa? Esta reflexión suscita la dicotomía en la que se puede profundizar o ahondar desde otra pregunta: ¿Qué son más importantes: las hard skills o las soft skills?
Las hard skills incluyen todos los conocimientos técnicos, concretos y específicos orientados a realizar una tarea o trabajo determinados. El mercado laboral, por ejemplo, se encuentra en un estado de demanda constante de profesionales con conocimientos técnicos en áreas como Data Science y Ciberseguridad.
Ahora bien, a medida que crece dicha demanda de talento capacitado en áreas de tecnología y software, las soft skills se vuelven un factor clave para diferenciarse en este mercado competitivo.
Es interesante escuchar a Daniel González, alumno del último curso de Ingeniería en Desarrollo de Software, en una reciente entrevista, por cómo da cuenta del valor agregado que implica contar, no solo con conocimientos técnicos, sino también con espacios en los que nutrir las habilidades blandas. A raíz de sus prácticas profesionales en Iberia, le da sentido a haber aprendido a hablar en público, a pensar críticamente, a trabajar en equipo, o a entender el entorno que nos rodea. “No somos máquinas a las que le piden código y nada más”, afirma.
Y es que, en este mundo en donde el cómo trabajamos y el cómo nos relacionamos se encuentra en constante cambio, desarrollar estas habilidades se ha convertido en una necesidad.
Por este motivo, desde IMMUNE, hemos aceptado el desafío de vehiculizar la adquisición de las soft skills satisfaciendo las exigencias del mercado laboral y acompañando de una manera más integral a nuestros estudiantes en su desarrollo profesional.
Ahora bien, pese a constatar la importancia de profundizar en estas habilidades desde el espacio educativo, el primer obstáculo que se encuentra es el de la falta de un marco conceptual de referencia. Es preciso atender a que una definición conceptual clara acerca de las soft skills delimitará de algún modo el accionar pedagógico posterior. Y, en este caso, su definición varía de autor en autor, por lo que no es posible conciliar una definición concreta del concepto de habilidades blandas.
Por lo que partimos de una definición abarcando las características comunes e identificatorias de estas habilidades, como por ejemplo:
Para el abordaje pedagógico y didáctico, hacemos base en el aprendizaje basado en proyectos, ya que proporciona el enfoque adecuado para estructurar el aprendizaje de estas habilidades. Este modelo educativo promueve el aprendizaje de conocimientos técnicos desde una metodología práctica, al tiempo que estimula la motivación y la autonomía, y fomenta el desarrollo de estas soft skills, o habilidades blandas.
Nuestro compromiso como instituto de formación tecnológica es formar a profesionales con las mejores capacidades técnicas en cada uno de sus ámbitos, como así también lo es dotar a las personas del resto de habilidades necesarias para desempeñar con éxito nuestra actividad profesional.
Alan Gómez, psicopedagogo y asesor académico en IMMUNE Technology Institute.