Director of the Complex Problem Solving in Technology Course | CEO & Founder
Pocas cosas más fascinantes en la vida que la sistemática, incesante y reiterativa lucha del ser humano contra lo desconocido y la problemática no resuelta. Esto es CPS (por sus siglas en inglés Complex Problem Solving), o Resolución de Problemas Complejos.
La historia de la humanidad se puede de alguna manera resumir en una sucesión de resolución de problemas complejos que terminan constituyendo el acervo cultural de la misma.
He estado escribiendo sobre CPS durante casi una década y, en cierta manera, me siento un poco, si no padre, sí al menos tío de la disciplina en castellano, a pesar del trabajo de titanes como Edgar Morín en el campo de la complejidad. Fundamentalmente, porque en mi incesable proceso de aprendizaje, mi principal labor ha sido resignificar el término.
No deja de ser paradójico que el propio Foro Económico Mundial, que es el que saca de alguna manera al CPS del armario en el 2016, termine abjurando de él. Abjurando es una palabra demasiado fuerte, pero el hecho de que haya desaparecido de los últimos informes como skill es significativo. Su pecado original fue posicionarlo como una habilidad, y no como lo que es: un metaframework que elige e integra una serie de disciplinas en base al propósito final donde se aplica.
En el proceso que he seguido de sincretismo hasta llegar a sistematizar como construir un toolkit específico para abordar los diferentes campos de actuación del CPS, una disciplina que suele aparecer de manera sistemática en todos los toolkits es la tecnología.
La relación del CPS con la tecnología es extremadamente significativa. No solamente es parte de nuestro framework de CPS para transformación empresarial, sino que suele ser un aspecto crítico en los procesos de transformación/innovación. Tan relevante es que, de hecho, ha creado su propia categoría para hablar de transformaciones empresariales basadas en la aparición de tecnologías disruptivas: El Moonshooting.
Si bien nosotros creemos que las compañías que son transformadas de raíz por la aparición de tecnologías disruptivas es una minoría, prefiriendo nuestra aproximación a la hora de hacer transformaciones radicales (Complex Moonshooting), no deja de ser una clara señal de la importancia real de la Tecnología como driver de innovación y transformación.
Nuestra colaboración con IMMUNE en CPS tecnológico nace con ese propósito: Tratar de manera específica la convergencia entre la innovación, el CPS y la Tecnología.
Que básicamente, se ha vuelto una obsesión para nosotros. Hace una semanas fui invitado por Aer Automation, una de las asociaciones señeras en España de Robótica y Automatización, con 140+ asociados en España, entre ellos compañías con las que tengo una larga relación como Tecnalia.
Fueron tan sumamente inconscientes de convocarme como experto y encargarme un artículo (El principal? WTF?) para su Anuario y Asamblea.
Y, ¿de qué les hablé? Obviamente, de mi obsesión actual, de los centauros, de la convergencia entre IA y CPS, de los espacios liminales, de la convergencia entre la tecnología y las ciencias sociales.
En un alarde de cursilería infecta, su último párrafo viene a ser: "Las grandes creaciones de valor se producen en las zonas liminales."
"Que mejor que comprender que la robótica y la inteligencia artificial tendrán antes o después un cálido encuentro con las ciencias sociales de igual modo que el magma de un volcán en erupción encuentra las aguas del mar. Vivimos tiempos fascinantes."
De estos temas, de la convergencia entre CPS e IA, de cómo extender el toolkit cognitivo de los tecnólogos para poder ser operativos en CPS, y de cómo en general la tecnología y los tecnólogos deben de convertirse en miembros de élite de los grupos que aborden desafíos empresariales, es de lo que hablaremos en breve y haremos anuncios en breve al respecto de la colaboración que cerramos con IMMUNE y cómo eso se va a transformar en oferta formativa.
Stay tuned.